El proyecto plantea un tanatorio de 625 m² en el que la fachada original de la vivienda existente se conserva como frente principal hacia el exterior, preservando la memoria del lugar.
Tras un acceso de doble altura, el edificio se organiza mediante un pasaje que conduce a las salas. Un amplio patio articula y separa los dos volúmenes principales, generando un espacio de luz y calma.
Los cerramientos de vidrio, dispuestos en sucesión, enriquecen la percepción espacial al entrelazar de manera sutil el interior con el exterior.





