El proyecto consiste en la conversión de un antiguo almacén industrial en un edificio comercial, donde la estructura original se percibe como un contenedor que agota la edificabilidad disponible.
La nueva fachada, realizada en chapa perforada de acero cortén, actúa como instrumento de integración con el entorno residencial y, al mismo tiempo, afirma la identidad del edificio como un moderno referente corporativo en la ciudad.
En el interior, la flexibilidad es clave: paredes y paneles móviles, falsos techos discontinuos y revestimientos de cartón yeso permiten adaptar un espacio prácticamente diáfano a cualquier necesidad de exhibición, reunión o actividad comercial. Destaca especialmente la intervención en el techo, donde nubes de cartón yeso integran el sistema de iluminación, generando un ambiente singular y adaptable a las exposiciones.
