El restaurante se desarrolla en una sola planta, exento de cualquier otra construcción, y se conecta con la bodega existente mediante un corredor subterráneo de 40 metros que parte del nivel -1 de la bodega y llega directamente al restaurante.
La ubicación del edificio aprovecha el desnivel natural del terreno, integrándose de manera armoniosa en el paisaje y optimizando la relación con la topografía existente.
En el interior, ocho patios poligonales estructuran la edificación, funcionando como elementos portantes y al mismo tiempo como focos de luz natural que inundan los espacios, generando ambientes cálidos y dinámicos.
								








